Alberto Dubbini, profesor de Ciencias Naturales y experto en religiones, ha optado por centrar su trabajo en torno a las experiencias de tres médicos fuera de lo común. A lo largo de las páginas, estas historias únicas nos permiten vislumbrar puntos en común muy significativos que ofrecen luz al lector sobre las prácticas terapéuticas tradicionales de los pueblos de África Central y de la Amazonía peruana.
Piero Coppo es un etnopsiquiatra italiano que vivió entre los Dogón de Mali y mostró un gran interés por su visión de la enfermedad y su sistema de salud. Iniciado por un curandero Dogón, Coppo pudo extraer de esta experiencia una ampliación del punto de vista demasiado estrecho de la psiquiatría y, por lo tanto, un enriquecimiento profesional evidente.
El concepto clave de esta entrevista es el de "objeto activo (tangible e intangible)". Con esta expresión, Coppo finalmente designa una forma de fetichismo muy extendida entre los Dogón e insiste en el carácter exclusivamente cultural de las almas y espíritus vinculados a estos objetos. Estas entidades no tendrían, según él, realidad "en sí" y sus poderes milagrosos derivarían de los significados simbólicos que les otorga la comunidad. El contexto sociocultural, es decir el conjunto de mitos, ritos, creencias y la cosmovisión que caracteriza la vida de una comunidad, dotan a estos "objetos" de su eficacia simbólica en el sentido de C.L. Strauss.
Coppo, sin embargo, va más allá en el proceso de relativización cultural al catalogar en la categoría de "objetos activos intangibles" incluso conceptos de las ciencias. En particular, cita la noción junguiana de arquetipo. A este propósito, parece no darse cuenta de la universalidad de los arquetipos. De hecho, a veces es bueno recordar que C.G. Jung siempre se ha cuidado de no influir en la imaginación espontánea y desbordante de sus pacientes y de aclarar que un arquetipo no es una imagen simbólica, sino la estructura y la dinámica del inconsciente que la caracteriza y subyace a ella. Las personas analizadas a menudo desconocen la existencia misma de esta noción, pero sus sueños, sus fantasías e ilusiones muestran claramente la permanencia de tal estructura que se encuentra idéntica en los mitos y leyendas de las civilizaciones más lejanas.
Los ejemplos de enfermedades y tratamientos Dogón son muy interesantes desde un punto de vista psicoanimista. El "robo del alma" como causa fundamental de la enfermedad es central en este sentido. El alma, la energía vital y sus cualidades singulares, es considerada por los pueblos originarios el bien más preciado y determinante para su salud psicofísica y social. Los Dogón, como la mayoría de los pueblos animistas, tienen una concepción holística y desarrollada de la salud, que tiene en cuenta todas las dimensiones que están integradas en el individuo. Una concepción amplia, por lo tanto, que recuerda la definición moderna dada por la OMS: un "estado de bienestar psicofísico y social".
La segunda parte está dedicada a la experiencia de Rosa Giove, médica peruana cuya actividad profesional la puso en contacto con muchos pacientes que, provenientes de entornos pobres, muchas veces prefieren encomendarse a la medicina tradicional menos costosa, que aún está muy viva e impregnada de raíces animistas y “vegetalistas” propias de la Amazonía. Dubbini se enfoca aquí particularmente en las observaciones hechas por Giove sobre la Ayahuasca, esta planta medicinal y sagrada utilizada durante mucho tiempo por muchos pueblos de la Amazonía y cuya tradición ha rodeado contextos de ingestión y prácticas rituales ampliamente probadas. Giove advierte sobre los peligros derivados de un "proceso de expropiación por parte de una sociedad consumista" de una práctica desvinculada de sus fundamentos iniciáticos. Recuerda su primera experiencia con la Ayahuasca cuando, equipada con sus instrumentos médicos, quiso observar sus propias reacciones e interpretarlas a la luz de un enfoque científico y objetivante. Su atención se centró por completo en los datos cuantificables: presión arterial, latidos del corazón, frecuencia respiratoria… Pero nada parecía estar pasando de impactante dentro de ella. Solo un sueño aparentemente inofensivo del que solo tenía un vago recuerdo. Un sueño que sin embargo más tarde resultó ser una verdadera visión ofrecida por la planta y que acabó curándola de una fobia a los perros derivada de un trauma infantil del que su conciencia no tenía rastro. A partir de ejemplos como éste, finalmente entendemos que la “intención” de la planta es superponible al propósito del inconsciente como sistema funcional3: permitir que el sujeto supere sus bloqueos, enfrente a sus monstruos y supere su resistencia permaneciendo en un nivel que, si bien es simbólico, no es menos efectivo. De hecho, los sueños colocan frecuentemente al sujeto en una situación crítica pero capaz de hacerle afrontar sus neurosis. En un contexto tan simbólico y emocional, el cambio se hace posible. Esto explica por qué hay sueños que ya son, en sí mismos y sin necesidad de interpretación, terapéuticos. No es raro que un paciente se despierte de un sueño con la sensación de haber sido curado sin siquiera darse cuenta de lo que le sucedió. Esto es también lo que sucedía antiguamente en los sueños de incubación vividos por los fieles en el templo de Esculapio en Epidauro.
Que el inconsciente sea identificado aquí con una planta no es sorprendente en sí mismo porque, como el enfoque psicoanimista ha enfatizado repetidamente, Psique y Naturaleza siempre han estado íntimamente vinculadas. Este es uno de los puntos esenciales que en mi opinión se desprende de este testimonio, que también es rico en interesantes ejemplos clínicos.
La tercera y última parte está dedicada a sintetizar, en la medida de lo posible, la muy particular experiencia humana y profesional de Jacques Mabit, quien se viene desempeñando como médico en la misma región peruana que Rosa Giove y quien fue iniciado por varios curanderos locales. Llegado al Perú, Mabit había notado que muchos jóvenes indígenas atrapados en el consumo abusivo de drogas acudían a consultar a los curanderos los cuales adaptaban sus prácticas a la nueva patología gracias a la ayuda de plantas desintoxicantes y psicoactivas, como la Ayahuasca. Pudo constatar en varias oportunidades que el estado alterado de conciencia inducido por esta planta, lejos de ser negativo, puede por el contrario resultar muy eficaz desde el punto de vista terapéutico. Aquí subraya, una vez más, cuánto el chamanismo amazónico está en deuda con el uso ritualizado de las plantas medicinales, tanto en su dimensión terapéutica como en su dimensión religiosa y en relación con la Naturaleza (por ejemplo, para promover la caza o la pesca).
Los pueblos indígenas tradicionalmente viven en constante interconexión con la naturaleza y el mundo invisible que allí se expresa. Esta conexión es tan fundamental que incluso podríamos plantear la hipótesis de que es su falta la que produce este peligroso enamoramiento por Internet entre la gente moderna. En otras palabras, la dependencia a menudo exagerada, incluso patológica, a las redes sociales podría explicarse por la sobrecompensación inconsciente por una pérdida de conexión animada con los seres. Porque es esta relación constructiva con el más allá la que proporciona a los auténticos miembros de las tribus la sabiduría ancestral para orientarse y adaptarse armoniosa y eficazmente al mundo. Está claro que los pueblos originarios de la Amazonía están culturalmente bien equipados para remediar las dificultades psicológicas y proporcionar una individuación que no se puede abstraer de la naturaleza.
Consideraciones muy interesantes y que incluso pueden parecer sorprendentes están relacionadas a los puentes que Mabit construye entre el animismo y el cristianismo. La aversión de la Iglesia a todas las formas de pensamiento y práctica paganas es notoria. Sin embargo, los paralelos propuestos por el médico francés, por ejemplo, entre los espíritus animistas y los ángeles y demonios de la Biblia, y entre los chamanes y los sacerdotes exorcistas son, a mi parecer, bastante relevantes. Probablemente hubiera sido inútil e incluso injusto que un médico sumergido en la cultura católica desde su infancia haga tabula rasa de su bagaje espiritual e intentara una conversión simple. Este es, por desgracia, un intento que se observa a menudo en muchos "aventureros" acríticos y con inclinación hacia el exotismo.
Por cierto, parece que la angelología ha vuelto a estar de moda últimamente, especialmente en algunos círculos New Age. Es necesario redescubrir ciertas tradiciones del pasado que puedan ofrecer una experiencia real de lo numinoso como complemento esencial de la fe. Esta experiencia numinosa es probablemente lo que marca la diferencia. Esto es lo que permite a Mabit de hablar de una realidad de los espíritus, a diferencia de Coppo y Jung, que incluso llegó a hablar de "realidad del alma" a propósito del inconsciente y de "psique objetiva" referida a los arquetipos.
En conclusión, un trabajo particularmente estimulante que permite comprender estos múltiples aspectos de las culturas y prácticas ancestrales que pueden enriquecer y completar la visión moderna del malestar y la psicoterapia.
1 Dubbini, A. (2021). Medici che incontrano gli spiriti, l’esperienza di Piero Coppo, Rosa Giove, Jacques Mabit. [Médicos al encuentro de los espíritus, la experiencia de Piero Coppo, Rosa Giove, Jacques Mabit]. Youcanprint ed., 222 p. Esta nota de lectura ha sido traducida del original en francés.
2 Psicoanalista, psicoanimista, Vicepresidente de la Asociación de Psicoanalistas Europeos - APE (http://ape-psychanalyse.com/) y Presidente de la Asociación Natura & Psiche (http://naturaepsiche.jimdo.com/).
3 C.G. Jung habla sobre las funciones específicas del inconsciente, incluida la complementariedad, la compensación y la finalidad.