El Reiki1 está de moda desde los años 90, y desde inicios de siglo, y se está desarrollando con una gran velocidad en todos los ámbitos. Nuestra experiencia terapéutica nos muestra que se trata de una de las mayores y constantes fuentes de infestación espiritual2. Este peligro espiritual es enormemente ignorado y subestimado, por lo que nos parece útil transmitir nuestra vivencia en relación a este tema y nuestra reflexión sobre este fenómeno social, con el objeto de advertir sobre su utilización.
El Centro Takiwasi, lugar que dirijo hace ya 24 años, recibe numerosas personas que están en busca de sanación, o lo que hoy día es convenido nombrar "evolución personal". Aparte de una población de pacientes toxicómanos tratados a través de una residencia prolongada, solicitantes de salud sin una problemática de adicción mayor3, efectúan estadías acortadas en el tiempo para beneficiarse de un proceso que incluye el recurso de las medicinas tradicionales amazónicas, en particular con el uso de plantas medicinales, articulado con un enfoque psicoterapéutico.
En esta última población muy diversa, numerosas personas han recurrido al Reiki, son iniciadas y eventualmente se han transformado en "maestros de Reiki". Nuestra observación clínica, durante sesiones terapéuticas ritualizadas, nos ha puesto constantemente en presencia de entidades espirituales maléficas que influyen de mayor o menor medida en estas personas. Las manifestaciones de estas entidades en la vida cotidiana de dichas personas pasan generalmente desapercibidas, y las problemáticas que producen generalmente no son identificadas, o no se establecen las conexiones entre los diversos problemas que surgen y esta contaminación espiritual. Estos problemas pueden ir desde problemas económicos y laborales, pasando por discordias familiares, y hasta seguidillas de "eventos desafortunados", todo ocurriendo de forma progresiva e ininterrumpida, hasta desembocar en una patología física y/o psíquica.
Nuestras prácticas se apoyan de igual forma en la inducción controlada de estados modificados de consciencia a través del uso ritualizado de plantas psicoactivas. Estos procedimientos, muy precisos y rigurosos, permiten poner en evidencia el "estatus energético" del paciente y detectar eventualmente infestaciones espirituales. Desde la perspectiva del paciente, éste puede visualizar lo que está en juego en su interioridad, y tomar consciencia de la calidad de estas "aperturas espirituales" a las cuales se expuso en el curso de su existencia4.
Invitamos a una psicóloga practicante de Reiki que sentía una gran y evidente fatiga, a explorar, a través de una sesión terapéutica, lo que verdaderamente se desarrollaba en el fondo de su práctica. Al día siguiente, en llanto nos cuenta que durante la sesión había creído morir, y a raíz de esto "había visto claramente, que el origen del Reiki no era bueno, que el monje japonés que lo había creado estaba guiado por su ego, y que ella podría morir". Vomitó todo el día “cantidades enormes de suciedad energética".
Recibimos regularmente correos como el siguiente:
"He practicado Reiki con personas dudosas hace ya 12 años: desde hace años atrás escucho voces y sé que mi problema es espiritual. Algunas voces me agreden, otras me protegen, pero necesito tener paz ya que desde hace 12 años pierdo todos mis trabajos, aunque me guste mi profesión. Tengo que encontrar una solución definitiva para tener paz y estabilizarme".
Al interior de las sesiones de sanación, estas personas que se sentían poder canalizar energías se revelan paradójicamente con una energía débil, con un trasfondo de agotamiento asociado a elementos psíquicos de confusión. En los maestros de Reiki que practican intensamente esta actividad, los "problemas energéticos" terminan por somatizarse en el mediano y largo plazo, produciendo patologías extremadamente graves. Observamos así en estos "maestros" de Reiki sobre todo casos de cáncer5, pero también tuberculosis, insuficiencia renal, síndrome de piernas inquietas… En un caso preciso, en un consultorio ubicado en Francia donde se practicaba Reiki, de 5 terapeutas que lo ejercían, 4 presentaban enfermedades graves!
La rapidez y el fácil acceso al estatus de practicante de Reiki (2 a 3 fines de semana) y luego para ser promovido "Maestro de Reiki” (bastan algunos fines de semana adicionales), me llamaron profundamente la atención, considerando el largo recorrido de formación que hay que realizar para dominar una práctica terapéutica eficaz, ya sea en medicina convencional occidental, en medicinas tradicionales no occidentales, en cuidados físicos y más aún en cuidados psíquicos, sean cuales sean las escuelas y corrientes de dicho conocimiento: desde la psiquiatría, pasando por el psicoanálisis y las diferentes formas de psicoterapia, así como para las prácticas denominadas "chamánicas" de los pueblos autóctonos.
Por otro lado, en toda corriente o escuela de conocimiento occidental o no occidental, el acceso a la práctica jamás es universal, sino que considera las aptitudes diferentes, personas dotadas naturalmente y otras no, y capacidades variables dependiendo del sujeto. El Reiki pretende por lo contrario un acceso indiferenciado y universal: todo el mundo, sin distinción, puede practicar Reiki de manera eficaz debido a que este procedimiento no se apoyaría sobre una aptitud específica, un largo aprendizaje, o el dominio de técnicas, y menos aún sobre "un trabajo sobre sí mismo", sino simplemente dependería de una "buena voluntad" que sería suficiente para transmitir una "energía" ubicada más allá del practicante y disponible a cualquiera que se limitaría con transmitirla de forma neutra y pasiva.
Esta extraordinaria y única rapidez y accesibilidad del Reiki representa a la vez una enorme seducción que parece contribuir ampliamente a su gran éxito, como suscita una extrema reserva y suspicacia sobre lo que se puede llevar a cabo en el fondo de estas prácticas.
Nosotros proponemos partir de nuestra observación clínica sobre la base de la práctica del Reiki tal como se presenta a los occidentales hoy en día y como se presentó a nosotros a través de practicantes y maestros que nos visitaron. No pretendemos de ninguna forma ser especialistas en Reiki, y referimos para más detalles y conocimiento sobre la historia del Reiki, sus fundamentos, sus orígenes y su diversificación en Occidente, al trabajo en tres tomos de Pascal Treffainguy, que el mismo presenta como una especie de "Códice del Reiki"6. Como lo específica, no existe "El Reiki", pero sí numerosas formas generadas a partir de la propuesta de su fundador, el japonés Mikao Usui.
El Reiki forma parte de las técnicas nombradas de canalización (channeling), donde el que interviene supuestamente se contacta con "energías superiores" que operarían a través de su cuerpo para investir al paciente y armonizar sus propias energías para así restablecer su salud. De alguna forma se ofrece como canal energético, supuestamente neutro y abierto, apelando a una energía impersonal, energía vital, o "ki", (qi, chi), para "recargar" el cuerpo energético del paciente. No siendo nada más que un "canal", se supone que él que interviene no sufre ninguna consecuencia de esa transferencia. Su generosidad y su buena voluntad son consideran garantías de protección de todo efecto adverso.
Este enfoque sufre múltiples defectos, y se basa sobre presupuestos asumidos como naturales:
Estos axiomas contradicen todas las prácticas de sanación ancestrales, y la experiencia milenaria de procesos de liberación espiritual, en efecto:
Los adeptos al Reiki afirman que su ritual de iniciación que les protegería y les conferiría este poder de sanación.
La iniciación ritual7 tiene el propósito de integrar al aspirante en el egrégor del Reiki. El egrégor conforma una especie de entidad psico-espiritual, puesta sobre la tutela de una instancia espiritual superior. Es, por lo tanto, esencial saber que ser preside a la conformación del egrégor y al cual el candidato/terapeuta se sujetará voluntariamente. En nuestra experiencia, ningún iniciado a Reiki ha sido capaz de darnos el nombre de este ser espiritual, ni los mismos maestros de Reiki que hemos encontrado8. Evocan entidades vagas (el amor universal, la fuerza cósmica, la energía crística9, energía del vacío, luz violeta, energía primordial, energía vital, etc.) o formas simbólicas revestidas de designaciones igualmente vagas y poco precisas10.
Sin embargo, los seres espirituales son definidos por su nombre, y cuando éste nombre no es dado claramente, nada permite saber o probar qué son ellos realmente11
Durante estos cursos de iniciación se propone una quimera espiritual confeccionada a través de una mezcolanza de tradiciones espirituales orientalistas, dispuestas y revisadas al estilo Occidental. La iniciación incluye la memorización de símbolos japoneses y nombres japoneses, que deben invocarse para "convocar la energía sanadora"12. Luego de estos procedimientos, el practicante comienza a sentir una "energía eléctrica" en sus manos, prueba de la adquisición de dicho poder curativo. Esta primera fase se puede efectuar en uno o dos fines de semana.
La iniciación total se compone de 4 niveles, luego de los cuales el maestro de Reiki adquiriría dones sobrenaturales, como adivinar cosas ocultas, predecir catástrofes naturales, comprender lenguas muertas, ver espíritus, etc. Lo que al inicio se presentó como "energías de sanación" impersonales, se revelan al final del recorrido iniciático como entidades espirituales, algunos practicantes afirmando ser afiliados a un "ser invisible o un ángel de luz", el cual los guiaría sobre el camino espiritual y los abastecería de información oculta.
Para encontrar al ser espiritual que preside las actividades del Reiki, podemos intentar remontar en la jerarquía de este egrégor hacia su fundador y al vínculo espiritual que él mismo habría establecido y designado nominalmente. Sin embargo, la biografía de su fundador, Mikao Usui, varía de un escrito al otro y al parecer el Reiki contemporáneo o moderno está bastante alejado de sus orígenes japoneses. La referencia biográfica la más segura parece ser el texto de su lápida funeraria13. Las fuentes de Mikao Usui residen "en el budismo original y sus escuelas ulteriores, el Shintó de japon y el Taoismo chino. Estas tres tradiciones constituyen en efecto, el trasfondo intelectual, litúrgico y cultural de la época de Mikao Usui"14. El nombre de este ser espiritual al que se somete no es jamás designado claramente. El Reiki habría surgido en Japón a finales del siglo 19, cuando Mikao Usui estudiaba los textos budistas, y sería directamente vinculado a una experiencia de iluminación de su fundador, luego de un ayuno de 21 días realizada en el Monte Kurama en 1922. La edificación del Reiki descansa sobre una experiencia personal de su fundador, en una visión mística o de trance. La difusión de este aprendizaje se realizará enseguida por transmisión ritual de maestro a alumno a través de rituales iniciáticos.
Sin embargo Pascal Treffainguy concluye su estudio del Reiki resumiéndolo con una fórmula concisa: "El Reiki obedece una lógica pseudo-iniciática, demanda bucear en los mares del pensamiento desviado, desde donde uno no sale indemne". En otras palabras, la iniciación al Reiki es una operación eficaz, como todo ritual, donde el concesionario hace alianza con un ser, sobre el cual ignora tanto su naturaleza como sus atributos. Esto equivale a decir que el iniciado acepta ponerse voluntariamente bajo la tutela de entidades posiblemente maléficas. Nada menos.
La convicción de los candidatos generalmente se fortalece por el hecho de que luego de un aprendizaje extremadamente rápido y efectuado el primer paso iniciático, la imposición de manos sobre el paciente muestra resultados benéficos inmediatos. Frente a este aspecto experimental directo, los cuestionamientos eventuales sobre la inocuidad de estas prácticas tienden inmediatamente a desvanecerse.
La primera fase está hecha de la sensación de bienestar a corto plazo, lo que sirve de cebo.
Esta "trampa" es bien conocida por todas las tradiciones espirituales y de sanación: el mundo demoniaco procede a través de la seducción. La primera seducción es el poder. La zanahoria hace avanzar al asno. La inmediatez de los primeros resultados no exonera sin embargo de la observación de los efectos a largo plazo que son la verdadera medida de la eficacia. Y a nivel clínico, como lo hemos señalado al inicio de este texto, los maestros de Reiki muestran signos patológicos extremadamente graves. Los otros iniciados muestran sistemáticamente un grado de infestación espiritual en las sesiones terapéuticas que llevamos a cabo. Su estado energético deficiente señala un vampirismo permanente de su cuerpo energético, característico de una egrégor infestado. Dicho de manera más prosaica, "son chupados" por entidades del mundo espiritual, y eventualmente e inconscientemente por las personas que los inician y los pacientes que recurren a ellos.
Los agentes demoniacos son astutos por definición, como lo señala su calificativo habitual de “malignos”. Poseen los atributos necesarios para efectuar sanación y hasta prodigios para enganchar de mejor forma a sus víctimas y orientarlos hacia pistas falsas. Las capacidades de "medium" suscitadas en el Reiki, permiten influenciar el inconsciente de otras personas, las situaciones y hasta los animales y la materia. Ceder un "bien" por un mal mayor forma parte de su estrategia clásica. La ignorancia y la ingenuidad del mundo moderno desacralizado, facilita esta tarea de falso monedero.
El Reiki parece responder al potente deseo de "ayudar a los demás", lo que constituye una verdadera llamada del alma humana. Las fuerzas demoniacas no pueden actuar inicialmente sin apoyarse en este "grito" de la naturaleza humana que llama al amor, a la preocupación por los demás. Ellas lo manipulan para desvirtuarlo progresivamente en una caricia narcisista de autosatisfacción para la bondad que se demuestra. El amor del otro se transforma en una inflación del ego. Se comienza por querer servir al otro y se termina por servir a sus propias necesidades egoticas, su imagen, su amor propio.
Las sensaciones energéticas en las manos son tomadas sin precaución como una fuerza sanadora, y jamás interpretadas como un signo de infestación por una entidad demoniaca cuya existencia es negada por la modernidad. Estas percepciones asociadas a efectos evidentes en el receptor del tratamiento, responde por otra parte a una necesidad de una relación sensible con el mundo espiritual.
La rapidez de las posibilidades de intervención que siguen a la iniciación del Reiki, responde además a la precipitación y avidez del mundo occidental. Se quiere todo y de inmediato: el Reiki satisface plenamente este deseo. La seducción es por lo tanto múltiple.
La fascinación inducida por estos criterios de eficacia inmediata, facilidad de uso, velocidad de aprendizaje y utilización, y de valorización personal, constituye el principal factor de difusión de esta técnica. Se corre la voz y esa comunicación interpersonal actúa como un medio de multiplicación exponencial de pacientes que se convierten en rápidamente en seguidores y pronto, prosélitos. Una maestra de Reiki nos confesó haber iniciado entre 300 y 400 personas en su consultorio... que se vuelven todos los portadores de esta "buena noticia" de la "sanación rápida" (el “fast healing” después de el "fast food" alimenticio y el "fast trip" de las drogas).
El Reiki parece responder al potente deseo de "ayudar a los demás", lo que constituye una verdadera llamada del alma humana.
A pesar de la falta de evidencia científica, hospitales y clínicas, animados por estas mismas preocupaciones de la modernidad, han adoptado esta técnica induciendo un menor consumo de analgésicos y una disminución de la ansiedad15. Los resultados sorprenden no sólo a los pacientes, sino también al personal médico asombrado por esta « disciplina japonesa que requiere tan solo de las manos para aliviar ». Se olvida evidentemente remarcar que la imposición efectiva de manos requiere un anterior ritual de iniciación incluso cuando la dimensión espiritual es invocada como por ejemplo en lo señalado por la doctora Teresa Franco, médico anestesista y especialista en dolor y cuidados intensivos paliativos, coordinadora del Centro del Dolor del hospital Tornu: « "Este centro del dolor es multidisciplinario, es decir, que estamos tratando de abordar el dolor de manera integral desde lo físico, emocional y espiritual”. Y añade: "Lo que estamos viendo es menos quejas de dolor, un aumento de la esperanza en relación con cronicidad de las enfermedades y la satisfacción con la calidad de la atención y la creación de un servicio de Reiki dentro del hospital". Una vez más, la evaluación subjetiva prevalece en esta observación de la "sensación de bienestar y equilibrio, físico, mental y espiritual". Nos preguntamos ¿cómo la Dra. Franco, ella misma iniciada y auto-practicante, evalúa el "bienestar espiritual" ? Del mismo modo, el personal iniciado en Reiki "siente que sus consultas son más eficaces" y dice no haber observado "ningún efecto adverso", sin especificar los métodos de evaluación científica, mucho menos espiritual, especialmente a largo plazo.
Según Víctor Fernández Casanova, Maestro de Reiki y presidente de la Federación Europea de Reiki Profesional, "El Reiki está presente en 12 hospitales y 14 centros de salud en Madrid y más de 3.000 profesionales han sido formados [iniciados] en Reiki". De acuerdo con la misma revista, el Reiki es una de las terapias complementarias más utilizadas en los hospitales en los EE.UU. y está disponible a través de las organizaciones británicas y alemanes de Seguridad Social, y diversas instituciones complementarias de salud en Suiza y España.
Cada vez más estudios científicos están intentando evaluar los beneficios del Reiki16 y se proponen intentos de explicación científica, introduciendo por ejemplo la teoría de los fractales o los fenómenos de resonancia electromagnética como la resonancia Schumann. Estos ensayos explicativos nos devuelven rápidamente a conceptos sobre el origen del mundo y la definición de la naturaleza humana y, por tanto, a una cosmovisión particular y cuestionamientos metafísicos que requerirían un enfoque teológico. En efecto, si el análisis científico permite profundizar el "cómo funciona", no puede pretender dar cuenta de "por qué funciona de esa manera y no de otra." Estos estudios también hacen alusión a un "trance iniciático" e informan diferencias significativas entre los grupos tratados con Reiki y otros tratados por "Reiki-placebo" o "falso Reiki." Esta observación confirma que el ritual condiciona los efectos observados aunque la dimensión ritual se ignora y el Reiki se presente inocentemente: "No constituye un sistema de creencias religiosas, el Reiki es simplemente un tratamiento relajante, considerando las vibraciones naturales de curación".
Este enfoque científico que ignora los peligros espirituales arriesga inconscientemente ponerse al servicio de las fuerzas espirituales de destrucción y disolución. Pascal Treffainguy lo formula elocuentemente: "Las influencias que la ciencia busca hacer observables podrían ser todo tipo de buitres y carroñeros del dominio sutil. El fenómeno de la "conversación con el más allá" usando grabadoras y otros dispositivos tecnológicos podrían abrir brechas en lo real hacia dimensiones sutiles particularmente insalubres. Y esto vale por lo general para las prácticas psicoanalíticas y el despertar de "memorias kármicas17
El New Age responde a la necesidad legítima, sin duda, de dar sentido a la existencia frente la acelerada desacralización de la sociedad actual. Pero este movimiento parece prometer más de lo que puede entregar en realidad, en la medida en que conserva, en la raíz y bajo apariencias engañosas, los axiomas de la sociedad que pretende rechazar y criticar, y retoma los principales errores conceptuales y filosóficos cuya inanidad nos demostró la historia de la sociedad occidental.
Esta sociedad nació de la tradición judeo-greco-cristiana, y el New Age se construyó en oposición a esta tradición, en un proceso similar a lo de los individuos que acuden a las espiritualidades alternativas, autóctonas, chamánicos y animistas. Reiki es parte de esas propuestas que retienen algo del humanismo cristiano, pero lo suficientemente exótico y colorido, japonés ocurrentemente, para parecer des-cristianizado, y manteniendo una supuesta línea ancestral que le daría legitimidad y sobre todo no se referiría a referencias, orígenes o herencias cristianos. La mayoría de los practicantes de Reiki vienen desde el mundo occidental y se inscriben en esta dinámica. El concepto de "energía", con connotaciones científicas, permite considerar este universo sin tener que atribuirle o reconocerle ninguna dimensión estrictamente religiosa. En esta perspectiva, de hecho, se supone que el sustantivo "espiritual" se opone al de "religioso", que hace referencia principalmente a la Iglesia Católica, principal objeto de rechazo.
Si el benévolo y amoroso Jesús es fácilmente adoptado por estas corrientes espirituales, el Jesús crucificado, sangrante, no genera mucho entusiasmo. Jesús sin la Cruz. Las "energías crísticas" seducen, pero su Palabra exigente, no. Como lo ha señalado el P. Luis Santamaría del Río, « Sus manos curan, antes que todo, atravesadas por los clavos, abiertas en la ofrenda definitiva por amor" y se burla este abordaje azucarado del Evangelio: "Donde se lee una lista de reglas de conducta inspirada por Cristo y extraídas con más o menos felicidad, de los evangelios. Porque existen palabras literales del Maestro y otras "supuestas" o directamente inventadas para alimentar un discurso floreado sobre la espiritualidad de Jesús. Por último, no crean que el resumen sería algo así como "una cosa te falta, dona tu dinero a los pobres y luego ven y sígueme". No es nada de eso. El resumen de estos nuevos mandamientos y preceptos llenos de bondad es el siguiente, y no requiere mayor comentario: "Por encima de todo y ante todo, vive y vuela con las alas del amor, la comprensión y la ternura del corazón de Cristo con todo el mundo. Amén"18.
Donde la tradición exigía un largo proceso de aprendizaje, ahora se afirma poder aprender lo suficiente después de unos meses o hasta unas pocas semanas; donde era necesario inscribirse dentro de un linaje o filiación, se rebana alegremente las raíces propias (judeo-greco-cristianas en este caso), la fe está excluida en nombre de la libertad y la razón prohibida en nombre de la mentalización excesiva; donde se recomendaba la referencia a una tradición estructurada se prefiere la auto-referencia ("el maestro es interior"); a la puesta en guardia contra un contacto muy precipitado con el "otro mundo", y especialmente con sus estados intermediarios donde también circulan entidades malignas, se sustituye la visión idealizada de un mundo espiritual vacío de toda adversidad; a la importancia de la mediación de los Antiguos y los Maestros, se sustituye la autonomía individual y el acceso directo a la divinidad; a la existencia de leyes inmutables e implacables, físicas, psicoafectivas y espirituales, se prefiere de aquí en adelante sustituir la afirmación de que las solas leyes válidas son las que uno se da a sí mismo; a la Verdad intangible, el derecho inalienable de cada uno a encontrar su propia verdad; a la necesidad del sufrimiento, el ocio de un aprendizaje suave y dulce; a la intención purificada, el simple deseo de "ponerse al servicio de"; al manejo riguroso de los símbolos y rituales, la improvisación, la inspiración del momento, y el sentido de la estética; terminada la idea de que la bondad es peligrosa, cuando no está iluminada por el conocimiento; desechado el viejo proverbio que reza que el infierno está repleto de buenas intenciones.
El Reiki ha tomado diversas formas y cada maestro espiritual puede asociar sus propias "ayudas espirituales" (es decir, las entidades demoníacas a las que esté asociado/a). Así, se habla de un Reiki de Osho, Reiki de Bagwan, Saibaba Reiki, Reiki de Yoga, de Karuna, de Harbori, Rainbow-reiki..., etc. Las quimeras sincréticas propias del New Age toman mil y una formas.
Si tuviésemos la necesidad de convencer aún más de que el Reiki es un excelente lugar de infestación espiritual, una de las mejores pruebas a posteriori consiste en las dificultades de aquellos que tratan de abandonar y romper los lazos invisibles establecidos19. Se enfrentan a diversos problemas en su trabajo, las finanzas y los bienes materiales, los lazos familiares o amorosos, la vida sexual, la salud física y mental, así como toda una serie de infortunios. Estos problemas son más fuertes cuando la persona está más elevada en la jerarquía iniciática y la duración de sus enlaces es prolongada. Como dice el refrán, "el diablo no tiene amigos, sólo esclavos" y la rebelión contra él está sometida a más de un contragolpe.
Un cierto número de cristianos, incluyendo algunos religiosos20, encuentran en la práctica de Reiki una respuesta a algunas de sus expectativas. Porque aunque Jesús es llamado "Christus Medicus" por los Padres de la Iglesia, teólogos de los primeros siglos del cristianismo, de hecho, la Iglesia contemporánea ha relegado la dimensión de la curación al olvido. La noción de salvación se impuso sobre la de sanación, como si una excluyese a la otra. Nos parece al contrario, como lo muestra Jesús en los Evangelios, que la curación precede y lleva a la salvación. El ritual de unción de los enfermos se distribuye con parsimonia y a menudo se asimila al viático pre-mortem, la unción de los moribundos. La Iglesia parece haber olvidado lo que no es menos que una señal de reconocimiento de los creyentes, definida por Jesús: "Aquí están los milagros que acompañarán a los que creen: En mi nombre echarán fuera demonios; hablarán nuevas lenguas; tomarán en las manos serpientes; y si beben un veneno mortal, no les hará daño; pondrán las manos sobre los enfermos y los enfermos serán sanados". (Marco 16 : 17-18).
La búsqueda de un cristianismo que vuelva a tomar en cuenta esta dimensión de la curación, central en los Evangelios, ha podido llevar a ciertos cristianos a encontrar en las apariencias del Reiki algo similar a la acción de Cristo, siendo la curación no algo reservado a los clérigos. La imposición de manos es de hecho un gesto común, asociado con un llamado al mundo espiritual21. Pero ahí termina la comparación.
En efecto, la iniciación cristiana (Bautismo, Eucaristía, Confirmación) no requiere ningún otro poder que él de Cristo y del Espíritu Santo. Y es solo en el nombre de Jesús que el cristiano cura y sana, y no invocando entidades no identificados como lo impone el ritual de iniciación al Reiki: en la cita anterior de Marcos es por el nombre de Jesús que la sanación opera y con el mismo Nombre que los demonios (cuya existencia es ahí confirmada) son expulsados.
Los obispos de los Estados Unidos, invitados a pronunciarse sobre el Reiki por su difusión extraordinaria en su país, en un documento titulado "Directrices para la evaluación del Reiki como una terapia alternativa" (25.3.2009)22 especifican claramente "la diferencia radical que salta a la vista, consiste en el hecho de que, para el practicante de Reiki, el poder de curación está a disposición del hombre", mientras que, según ellos, "para los cristianos el acceso a la sanación divina se realiza mediante la oración a Cristo como Señor y Salvador". El Reiki, por tanto, entra en la categoría de supersticiones entendidas como "una desviación del sentimiento religioso y las prácticas que impone, (que) afecta así el culto brindado al verdadero Dios". En conclusión, "no sería apropiado para las instituciones católicas, así como instalaciones médicas y centros de retiro, o para personas que representen a la Iglesia, como capellanes católicos, promover o apoyar la terapia del Reiki".
Si nos ceñimos a las conclusiones de este documento del Magisterio, lamentamos sin embargo que los obispos hayan considerado o creído necesario referirse no sólo a los argumentos teológicos de su competencia, sino también al estado de la ciencia contemporánea. De hecho, informan que el Reiki "no se basa en ningún caso sobre los descubrimientos de la ciencia natural. (...) Hace falta estudios científicos creíbles demostrando la eficacia del Reiki, así como una explicación científica plausible de su eventual eficacia". Sin embargo es probable que unos estudios científicos puedan demostrar alguna eficacia del Reiki, al menos en el corto plazo, lo que no alteraría en nada las prevenciones religiosas que anteriormente señalaron, y con razón. Los poderes diabólicos tienen su grado de eficiencia, incluso sobre la materia, de lo contrario, no tendrían poder de seducción. Por otra parte, las reticencias de la comunidad científica frente a la dimensión "energética", proceden más de un sesgo ideológico que de una postura racional. De hecho, el "cuerpo energético" ya se puede visualizar mediante técnicas específicas, tales como los desarrollados por investigadores rusos como Kirlian o el físico Korotkov inventor del GDV que permite visualizar y medir el campo electromagnético humano. La ciencia no puede pretender "decir lo cierto", sino sólo "lo que no se considera falso a la fecha de hoy"... sabiendo pertinentemente que el desarrollo de los descubrimientos científicos anula, corrige o complementa hoy, lo que ayer se consideraba "real" (no falso, más exactamente). El principio mismo de los postulados de la ciencia contemporánea contiene sus propias limitaciones y al excederlas, tanto los científicos como los religiosos cometen una falta epistemológica. Lo que puede ser calificado como abuso de poder, proporciona argumentos a los adversarios de la fe y toma el riesgo de ser contradicho por los nuevos aportes científicos.
El descubrimiento de una fisiología energética (meridianos de acupuntura, chakras, etc.) no debería asustar en cosa alguna a la Iglesia, ya que no afecta de ninguna manera la esencia de la fe. Sería una pena ver repetir los sobresaltos de la Iglesia frente al descubrimiento de la circulación sanguínea en 1628 por Harvey, caricaturizado y entonces considerado un charlatán. La circulación energética no plantea más problemas teológicos que la circulación sanguínea.
Señalamos anteriormente cómo el Reiki aparentemente responde a la necesidad de una relación sensible con el mundo espiritual. La vida espiritual necesita alimento místico y no sabría acomodarse solo de un piadoso humanismo o de doctrina religiosa, incluso si ésta última respeta la mayor ortodoxia. La tendencia a la intelectualización y al abordaje conceptual de la fe no satisface la necesidad de una vivencia directa y sensible, que afecta el corazón y el cuerpo. La tendencia de la Iglesia a reservar la dimensión mística solo a seres excepcionales y demostrar una desconfianza sistemática a toda experiencia de esta naturaleza, priva a las almas de este alimento esencial. Hemos defendido en otros espacios la causa de una "democratización" de lo místico, por decirlo de alguna manera. Si bien es cierto que la vida cristiana no consiste en un éxtasis permanente o en un estado constante de beatitud, no es menos cierto que una relación de amor donde "el Otro" parece estar ausente y donde se presenta incluso su contacto como sospechoso y peligroso, no fomenta una gran atracción. En la medida en que la Iglesia, en una prudencia necesaria pero excesiva, en lugar de obstaculizar estas experiencias, las favoreciera en un contexto adecuado (retiro, oración, ayuno...), muchas personas no buscarían en "otra parte". Antes de unirse a una doctrina, seguir un catecismo, el ser humano necesita de un encuentro auténtico con Jesús o sus enviados. A partir de esta reunión que enamora, todo lo demás cobra sentido y se vuelve aceptable. Los impulsos de la Renovación Carismática o grupos como el Movimiento Focolarini, así como el éxito de los retiros en monasterios y los Ejercicios de San Ignacio, parecen ir en esa dirección.
En general, las diversas prácticas de medicina alternativa disponibles en la actualidad solo presentan un problema espiritual en la medida en que impliquen una dimensión ritual. De hecho, el establecimiento de un ritual induce una apertura y un posible vínculo con el mundo intermedio, que luego deben ser examinados de cerca, y a la luz de la fe y la doctrina de la Iglesia. Esta falta de discernimiento tiende a crear una amalgama infeliz y dar lugar a la condena indiscriminada y eventualmente errónea de cualquier práctica terapéutica alternativa, no convencional, que se aparta de los patrones dictados por la ciencia oficial. El yoga o la meditación pueden ser muy buenas prácticas como disciplina psico-física sin connotación espiritual especial, otra cosa es unirse a una práctica de yoga conectada por las formas rituales que a su vez requieren de revisión y discernimiento espiritual. En numerosos artículos y libros, religiosos y exorcistas condenan abusivamente a toda disciplina no occidental, desde las artes marciales hasta las medicinas tradicionales autóctonas. Este rechazo masivo e indiscriminado es inaudible por los contemporáneos que conocen y practican estos métodos y disciplinas, y constituye además un abuso de poder en la medida en que el trabajo de discernimiento en cada caso no se haya realizado. Una cosa es una sana advertencia sobre los peligros espirituales posibles de estas prácticas que pueden esconder vínculos espirituales tóxicos, otra cosa es su exclusión sistemática y sin análisis previo de las condiciones en las cuales se ejercen. El principio de precaución no justifica la ausencia de matices en el juicio.
Creo que podemos contrastar estas posturas sin reflexión de los representantes cristianos con las de los representantes del "New Age" que, por su lado, suponen ingenuamente y sin vacilar la inocuidad de estas prácticas. En ambos casos, la falta de análisis y discernimiento importa graves perjuicios a una evaluación seria y racional de sus beneficios e inconvenientes.
Frente a los argumentos New Age del "Reiki Crístico", San Pablo nos advierte oportunamente: "Cuídate que nadie te haga su presa por medio de filosofías y vanos engaños, apoyándose en las tradiciones de los hombres, sobre los rudimentos del mundo, y no según Cristo. Porque en Él habita corporalmente toda la plenitud de la divinidad..." (Col 2, 8-9).
La contradicción es, sin embargo, flagrante en este punto. El analfabetismo religioso asociado con la hegemonía del racionalismo sirve de terreno a esas andanzas. La afirmación sintética del capuchino Thomas G. Weinandy, secretario general de la Conferencia Episcopal de los Estados Unidos, nos parece resumir bien este impase: "Si se intenta hacer del Reiki algo auténticamente cristiano ya no es Reiki; y si se desea mantener el auténtico Reiki, no es compatible con el cristianismo"24
El Reiki en sus diferentes versiones incluye nociones contrarias a la doctrina cristiana. Por ejemplo, los conceptos panteístas25 según la cual el ser humano sería una simple "emanación de energía cósmica" y le bastaría tomar conciencia de aquello para obtener poderes divinos a la imagen de la tentación del Edén: "Van a ser como dioses "(Génesis 3: 5). Otros incorporan la creencia en la reencarnación, Jesús beneficiando de múltiples encarnaciones en varios "maestros espirituales". El sincretismo también permite crear quimeras del Reiki como ya hemos señalado.
El hecho de influenciar el inconsciente de la gente sin su conocimiento para cambiar su comportamiento se asemeja a prácticas mágicas y espiritualistas.
El Reiki se sitúa en aquel movimiento "espiritista" contemporáneo que busca contrabalancear el materialismo anterior, pero en realidad se ubica en una posición de espejo, igualmente tóxica.
"Los espiritualismos en cuestión han sido estudiados desde los años 1920 por René Guénon en dos libros: el primero se refiere a la Sociedad Teosófica de H.P. Blavatsky, y propone desenmascarar las" sectas orientalistas "; el segundo está dedicado al espiritismo de Allan Kardec, precursor del psicoanálisis "Freudo-Jungiano". Estos dos grupos son los antepasados de los movimientos espiritualistas modernos, y numerosas escuelas de Reiki se inspiran en sus doctrinas y sus prácticas fantasiosas"26
Los frutos espirituales, para los cristianos, se medirán en cada caso, en términos no sólo de curación psicosomática, sino además por su progreso ulterior en el camino de la salvación por la conversión y la reunión a Cristo, a la Iglesia y la práctica de los sacramentos.
Una joven que participó a un seminario en nuestro Centro Takiwasi, luego de mis observaciones sobre el Reiki expuestas en este artículo, me escribe el siguiente correo:
"Vengo de terminar de leer su documento el cual me ha hablado mucho, y al final, obtuve las respuestas y los argumentos que me faltaban.
Seguido a ciertos sueños que he tenido, comprendí que el Reiki no era una buena práctica, pero me faltaban los argumentos para comprender el porqué.
Los supuestos del Reiki son falsos, lo que sabía inconscientemente, pero no me preocupaba en lo absoluto! Había encontrado un medio simple, fácil y sin dificultades para acceder al mundo espiritual, el cual siempre me ha interesado, y es más, podía así ayudar a los demás. En el contexto del New Age, el hecho de buscarse a uno mismo, esta búsqueda espiritual, independiente si soy cristiana de confesión, necesitaba prueba real para creer en otras cosas: los libros, el catecismo y los textos bíblicos no me bastaban! Necesitaba pruebas y vivir las cosas, "ver para creer". Es por cierto después de mi sesión en Takiwasi, donde Dios mismo vino a ayudarme, que comencé a creer verdaderamente en Él. Y pensaba que el Reiki me lo podía aportar.
Y es ahora cuando hago el vínculo entre mis dolores crónicos en las piernas y la espalda, y el Reiki; dolores que se desencadenaron luego de comenzar a practicar regularmente el Reiki sobre mí, y que no hicieron más que aumentar pese a todos mis esfuerzos. Estaba en camino a Santiago de Compostela, había previsto realizar tres meses de peregrinaje, y a causa de mis dolores, tuve que detenerme al cabo de una semana".
De este valioso testimonio, creo que podemos sacar algunas lecciones:
Existe entonces una total incompatibilidad con la iniciación y la práctica de Reiki para un cristiano. Que por otra parte no hacen falta, ya que la tradición cristiana le ofrece las herramientas de la sanación a través de la mediación de Cristo (y de la Virgen, los Ángeles, los Santos). Falta todavía sin duda que la Iglesia se vuelva a apropiar de esta tradición iniciada por Jesús mismo y que tiende a ser ignorada, y que sin embargo claramente ordena a sus discípulos a seguir: "Sanen a los enfermos, resuciten a los muertos, limpien de su enfermedad a los que tienen lepra, expulsen a los demonios. Lo que ustedes recibieron gratis, denlo gratuitamente" (Mat. 10 :8).
Esta deficiencia actual de conocimiento, entre los cristianos, de la dimensión espiritual de la lucha, o incluso la negación misma de la existencia de los poderes del mal, los hace susceptibles de ser arrastrados a un callejón sin salida, olvidando las recomendaciones de San Pablo: "Porque nuestra lucha no es contra seres humanos, sino contra poderes, contra autoridades, contra potestades que dominan este mundo de tinieblas, contra fuerzas espirituales malignas en las regiones celestiales" (Ef. 6: 12). De hecho, en los reportes de San Juan, Jesús afirma: "Todo el mundo yace bajo en el poder del maligno". (1 Juan 5:19).
Las necesidades de liberación son proporcionales al grado de infestación por el Reiki, a la intensidad de su práctica y a su duración. No se puede catalogar en el mismo grupo una persona que recibió algunas curaciones con el Reiki, eventualmente pasó el primer grado de la iniciación y asume solamente una práctica sobre sí misma, con otra persona iniciada como maestro de Reiki y con una intensa práctica en consultorio durante largos años. En esta segunda categoría, la liberación puede revelarse difícil, larga y penosa. Distinguiremos a continuación las personas que no se reconocen en la fe cristiana y las que adhieren a ella.
Todo acto de ruptura o corte de los vínculos espirituales adquiridos y de reparación de una transgresión espiritual se debe marcar en tres etapas: a) Renunciación formal a las prácticas y a los vínculos espirituales contratados; b) pedido de perdón por el mal que ha podido ser infligido durante esas prácticas, a los demás, sí mismo y a la Vida en general; c) compromiso a realizar un gesto de reparación.
Los non-cristianos
Para una persona que no se reconoce en la fe cristiana, la renunciación a la práctica del Reiki puede realizarse de manera individual con sinceridad de corazón y cada cual puede añadir los gestos simbólicos que pueden manifestar este compromiso, sin reproducir evidentemente una ritualidad similar ni llamando a entidades espirituales mal identificadas, lo que traería como consecuencia alimentar de nuevo los vínculos tóxicos con el mundo de los espíritus. Por ejemplo, se puede hacer una fogata y quemar los libros sobre el Reiki que uno posee o un objeto que simboliza esta práctica, y se puede también quemar una hoja de papel donde uno habrá consignado con precisión una fórmula de renunciación, con un pedido de perdón y un compromiso de reparación claramente identificado, significando así esta vuelta a una vida espiritual ordenada y sana. Para darle mayor peso a este gesto, es deseable convocar uno o dos testigos que recojan este compromiso.
El pedido de perdón puede efectuarse hacia personas nominalmente identificadas pero a menudo eso se revela imposible. En este caso, esta solicitud se puede realizar de manera general durante un ritual separado o asociado al ritual de renunciación, esta opción siendo habitualmente más práctica. Una buena manera de manifestar su arrepentimiento en este asunto es dar a conocer a su vez los peligros del Reiki lo que deviene en una suerte de obligación si uno quiere ser coherente con su decisión de renunciar a ello.
La reparación apunta a compensar el mal realizado, ubicándose en la corriente de la Vida y como manera concreta de manifestar su arrepentimiento. Cada uno escogerá lo que le parece más adecuado a este fin, desde una donación económica a personas necesitadas hasta una toma de responsabilidad en una actividad altruista hacia la sociedad o la naturaleza por ejemplo. Es deseable especificar precisamente cuales son las obligaciones de este compromiso que debe ser limitado en el tiempo de manera, tanto a poner un término a esta reparación, una vez cumplido el plazo establecido, como a evitar generalidades que no permiten fiscalizar su cumplimiento. Se descartará por ejemplo comprometerse vagamente a « ahora ayudar mejor a los demás », sin especificar ni a quién, ni cómo ni hasta cuándo, lo que lo convierte en una propuesta irrealizable e inaveriguable. Es preferible tomar un compromiso como « durante seis meses iré a visitar a los enfermos de tal hospital todos los sábados en la tarde ». Esta propuesta es averiguable y, si no se cumple, uno dispone de los medios como para constatarlo y aportar las correcciones necesarias. Ello no impide proseguir con esta actividad al fin del “contrato” pero considerando que la reparación ha sido plenamente satisfecha y que esta ampliación es libre de obligación en relación a ésta.
La « renunciación » a las fueras de muerte y destrucción asociadas al Reiki se acompaña por una « pronunciación » en sentido opuesto, o sea un pronunciamiento o una ratificación de seguir luchando para el Bien y la Vida en general.
La opción de reparación escogida debe apuntar a ser proporcional al mal que ha podido ser infligido, en función del grado de consciencia que uno tiene de ello. No se trata de un autocastigo ni de una punición sino de una purificación y un cuestionamiento personal para poner orden a las dinámicas de vida que nutren los valores que pretendemos servir. Los extremos tanto de la autoflagelación masoquista como de la complacencia auto justificada, ambas tendencias fuertemente egoticas, son evidentemente a evitar.
Más allá de este tríptico « renunciación - pedido de perdón – reparación », una limpieza del cuerpo energético y de los vínculos espirituales adquiridos y engramados en el cuerpo, puede ser necesaria, más aún si la práctica del Reiki ha sido intensa y prolongada. Para ello, es posible acudir a los recursos siguientes:
Durante todas esas operaciones efectuadas por uno mismo, vale acordarse del poder de la palabra humana y de las intenciones manifestadas con sinceridad de corazón. Es entonces recomendable detenerse un instante, antes de llevar a cabo la operación escogida, con el fin de recogerse para manifestar lo que se espera de este gesto y dirigirse a las potencias espirituales benevolentes para solicitar su ayuda y protección.
Los cristianos
Para un cristiano habiendo practicado el Reiki, los recursos de la Iglesia en el campo de la liberación son múltiples y más codificados. Las indicaciones señaladas anteriormente para un no-cristiano mantienen su validez pero pueden ser ampliadas y facilitadas por el acompañamiento de un sacerdote calificado y la identificación prístina de las instancias espirituales a las cuales uno se dirige. Es evidentemente imperativo abandonar esta práctica y, según el grado de gravedad, seguir las recomendaciones siguientes (no exhaustivas):
El proceso de liberación espiritual puede demandar a veces mucho tiempo y es necesario armarse de constancia, paciencia y humildad. El acompañamiento por un director espiritual es altamente recomendado. La absolución y la renunciación no significan que la liberación sea automáticamente efectuada o más bien que las consecuencias de los vínculos tóxicos establecidos estén automáticamente anuladas. Se requiere para ello un caminar cuya duración es a menudo proporcional al tiempo pasado en esas prácticas ocultas y al grado de iniciación conseguido.
El Reiki pertenece a las prácticas de canalización, coherentes con el ambiente del New Age y sus características autorreferentes, y que parece responder a la mentalidad materialista y tecnológica moderna que busca rapidez de aprendizaje, de ejecución, resultados inmediatos y manifestaciones sensibles.
Sin embargo, esta seducción esconde cuestiones espirituales graves y generalmente ignoradas, sobre todo la infestación por entidades malignas del mundo intermedio o sutil, a través del sometimiento efectuado por medio de la iniciación ritual. Estas consecuencias van desde el vampirismo energético inconsciente hasta patologías gravas a nivel psíquico y físico. La estructura del Reiki está basada sobre la invocación de espíritus maléficos o demonios.
Su incompatibilidad con el cristianismo es completa.
El Reiki representa por lo tanto un veneno espiritual, el cual es conveniente evitar, y una estafa que debe ser denunciada y combatida. Los remedios existen para liberarse y reencontrar la libertad.
1 Traducción al castellano del artículo en francés “Le Reiki ou l’arnaque spirituelle”, publicado en la página web de Takiwasi, noviembre 2016.
2 Se entiende por "infestación espiritual" el hecho que un ser humano sea parasitado por entidades maléficas del mundo invisible que le traen prejuicios y lo
ampirizan a nivel energético. Las diversas tradiciones utilizan distintas terminologías: malos espíritus, demonios, presencias negativas, espíritus malignos, entidades del bajo astral, etc. Agrupamos bajo este término general grados de contaminación que varían desde un simple contacto hasta posesión masiva (escasa) pasando por estados intermediarios de «obsesiones», «vejaciones» y otros.
3 Esto cubre un gran espectro: personas en búsqueda personal, en definición de vocación o misión de vida, con búsquedas existenciales, dificultades relacionales, disturbios psíquicos y hasta psiquiátricos, infelicidad, procesos psicoterapéuticos incompletos con las terapias ya utilizadas, etc.
4 Para más detalles, consultar los artículos que ya hemos escrito sobre este tema, accesibles en nuestra página web: http://www.takiwasi.com
5 Al momento de escribir estas líneas, unos colegas nos informan que una amiga suya, terapeuta chilena y maestra de Reiki, acaba de fallecer de cáncer a la edad de 40 años…
6 Reiki: “la medicina mística” de Mikao Usui. Tomo 1. Le Reiki: sus documentos, su historia y sus escuelas. Tomo 2. Las fuentes posibles del Reiki. Tomo 3. El Reiki, en las sectas y de cara a la ciencia moderna. Por Pascal Treffainguy, editioun Vun Killebierg, Lëtzebuerg.
7 Véase al respecto el testimonio detallado de un ex seguidor: http://www.pildorasdefe.net/post/conocetufe/IHS.php?id2=El-Reiki-es-invocar-demonios-disfrazados-de-sanacion-espiritual-Testimonio-de-un-ex-practicante
8 A menos que hayan preferido mantener ocultos estos nombres, los que los hace aún más sospechosos.
9 Expresión típica del movimiento New Age, buscando recuperar la imagen positiva de Jesús sin reconocerlo como Cristo, y más que todo descartando toda referencia a la Iglesia.
10 En su libro « J’ai vécu le surnaturel, mes expériences inédites » (Ed. France Loisirs, 2003), el periodista francés Marc Ménant relata, en el capítulo 9 dedicado al Reiki, su encuentro con Ronald Mary, maestro de Reiki. A la pregunta « ¿De dónde captas esta energía ? », Ronald Mary responde sin vacilar «No lo sé. Recuerdo que la palabra Reiki significa “energía universal de vida…”, p. 262.
11 De hecho, es mediante la invocación por su nombre que los espíritus o poderes que presiden estas intervenciones pueden ser identificados. Ciertos testimonios dan nombres precisos como los siguientes: Dai- ko-myo, demonio principal, soberano del Reiki ; Hon-cha-se-shonen, espíritu de contacto con la energía Reiki para establecer un enlace a distancia, significaría «de mi energía a la tuya»; Sei-heki, espíritu guía del Reiki que permite influir el inconsciente de las personas y manipularlas sin su conocimiento; Tjoko-rei, espíritu principal del Reiki para activar o aumentar la energía, significaria «dios, ven acá» (debería entenderse “demonio, ven acá”); Ling, espíritu principal del Harbori-reiki con las mismas funciones de activación energética; Raku; Dragón de Fuego; etc.
12 Véase al respecto el testimonio señalado ya en la nota 7.
13 Algunas informaciones transmitidas por Hawayo Takata sobre la historia de Mikao Usui no han podido ser confirmadas hasta hoy, como el hecho de que era un sacerdote católico, un profesor de universidad o un estudiante de teología de la universidad de Chicago. Sin embargo se encontró la pista de Mikao Usui, nacido el 15-8-1865 y fallecido el 9-3-1926, fue secretario privado de un político llamado Shimpei Goto. Sustentó un doctorado en literatura y recibió una recompensa (Kun San) de su emperador por su trabajo honorable. Creó una escuela llamada Usui Reiki Ryoho Gakkai (Ryoho = técnica; Gakkai = Organización) que existe hasta la fecha. Está enterrado en el templo Saihoji, un templo budista en un barrio periférico de Tokio. Su mujer y su hijo yacen enterrados en el mismo lugar. Practicaba las artes marciales, el Qi Qong, era iniciado en el budismo Tendai y Shingon.
14 Pascal Treffainguy, op. cit, Tomo 1.
15 Ver por ejemplo este artículo de una revista de medicinas alternativas: http://www.clarin.com/buena-vida/tendencias/Reiki-hospital-resultados-sorprendentes_0_797320451.html
16 Ver por ejemplo: http://www.zenensoi.com/dossiers-d-infos/etudes-scientifiques-reiki/
17 Pascal Teffainguy, op. cit., tomo 3.
18 Ver « ¿Qué hacemos con un cura que predica el “reiki crístico?” - http://infocatolica.com/blog/infories.php/1208301047-ique-hacemos-con-un-cura-que
19 Esto es válido para todas las organizaciones que establecen vínculos rituales con un egrégor y con las entidades demoniacas que lo presiden secretamente, como por ejemplo la masonería.
20 El obispo de Orense en España, José Leonardo Lemos Montanet, firmó el 20 de Agosto del 2012 un
decreto penal contra Gumersindo Meiriño Fernández, sacerdote de su diócesis, por la difusión de «doctrinas heterodoxas» que se refieren a la práctica de un supuesto «reiki crístico».
Por otro lado según el diario francés “La Croix”, «el centro de retiro Notre-Dame-des-Pins en Fremont (Ohio), gestionado por las Hermanas de la Misericordia de Cincinnati, utiliza «una interpretación cristiana del Reiki basada en la vida, la misión y las enseñanzas de Jesucristo» y ofrece el Reiki «en el contexto de la oración», como se puede leer en su página web. Del mismo modo, el Centro Espiritual Mont-Saint-Joseph, en las afueras de Cincinnati (Ohio), propone el Reiki «como una oportunidad de enriquecimiento espiritual a través de un vasto programa de prácticas». http://www.la-croix.com/Religion/Actualite/Les-eveques-americains-mettent-en-garde-contre-la-pratique-du-reiki-_NG_-2009-04-27-534080
21 Precisamente de esto se reclama Gumersindo Meiriño Fernández en su blog, afirmando que «se trata de una terapia espiritual basada sobre la teología (…) y que se funda sobre la fuerza sanadora de Jesús. No hemos descubierto nada sino que practicamos la sanación que desarrolló en su Evangelio” https://gumersindomeirinoblog.wordpress.com/
22 http://www.usccb.org/about/doctrine/publications/upload/evaluation-guidelines-finaltext-2009-03.pdf
23 Dans de nombreux articles et livres, des religieux et exorcistes condamnent abusivement à ce titre toute discipline non occidentale, depuis les arts martiaux jusqu’aux médecines traditionnelles autochtones. Ce rejet massif et indiscriminé est inaudible par les contemporains qui connaissent et pratiquent ces disciplines et méthodes, et de plus constitue un abus de pouvoir dans la mesure où le travail de discernement au cas par cas n’est pas effectué. Une chose est une saine mise en garde contre les dangers spirituels possibles de ces pratiques lorsqu’elles cachent des liens spirituels toxiques.
24 Journal La Croix 27.4.2009
25 Algunos hasta presentan el Reiki como una panterapia, ver por ejemplo http://it.pantherapy.org/mot/reiki?tab=8
26 Pascal Treffainguy, op. cit. tomo 3.
27 Ver sobre este tema la Encíclica Fides y Ratio (Fe y Razón) de Juan Pablo II, 1998.
28 "Jesús le dijo: Porque me has visto, Tomás, creíste; bienaventurados los que no vieron, y creyeron" (Juan 20:29).
29 Un sacerdote señala en su blog (http://padrejoseluis.blogspot.com/2009/04/el-reiki-peligro-mortal.html) que conoció a una persona que, cuando quiso abandonar el Reiki, sus «guías» se desenmascararon y comenzaron a insultarla y a amenazarla de todo, día y noche, incluso de muerte. Cuando esta persona rezaba el rosario, ellos no lo soportaban y le exigían que dejará de rezar.