Saludos Navideños desde Takiwasi
Queridos amigos,
Se acerca el fin del año y el nacimiento de otro.
El 2020 se pareció a una gran dieta, en confinamiento, con restricciones, y la confrontación con nuestros valores propios y los de la colectividad humana. No sabemos claramente si se acerca el fin de ese retiro forzado o si pasaremos en 2021 en tiempos de post-dieta…
Hay suficientes información y desinformación negativas para no insistir en ello, sería como contemplar de manera masoquista lo que se botó en un balde después de una purga. Y tal vez falta botar todavía… Uno piensa que terminó y vienen otras arcadas… Parece sin fin.
El racionalismo occidental nos mostró su enorme sombra de irracionalidad, de miedos infantiles, de fragilidad psicológica, de falta de fe y buen sentido, de consentimiento tácito con lo salvaje y lo malvado, de fantasías alocadas, kafkaianas, ubuescas, esperpénticas, hasta lo grotesco. El humanismo sin Dios revela una cara violenta, represiva y perversa.
La sanación viene con el perdón y el agradecimiento. Que seamos capaces en este contexto tan movido de acceder a ello, aunque no sea de manera sensible. Y si nos es difícil, que sepamos pedir esta gracia a Dios. Tenemos casi una obligación de superación.
Las autoridades infantiles que nos gobiernan reflejan la fantasía de omnipotencia del niño inmaduro que no hemos sabido prevenir a tiempo. Más allá de lo que representan en su función oficial, también son seres humanos perdidos y bajo el yugo de su tiranía interior que exteriorizan. Si bien no se trata de aceptar la tiranía, más que nunca es necesario recordar la difícil recomendación de Cristo de amar a sus enemigos, viendo en ellos el niño herido que requiere compasión.
Lo que quisiera recordar es que después de las inestabilidades, angustias y sufrimientos de purgas y dietas, viene el alivio, el reordenamiento interior, una mayor claridad sobre lo que uno es y cómo se posiciona en esta aventura de la vida. Al fin y al cabo, todo cobra sentido y se colocan en perspectivas las penas atravesadas. Uno se da cuenta que todo fue justo y que siempre ha sido acompañado y protegido. La fe se fortalece, la desesperanza se aleja.
¡Que esta Navidad simbolice el nacimiento de un poco más de luz verdadera en nuestro interior y renueve las esperanzas de vida plena (después de la post-dieta del 2021)!
Agradecemos a todas las personas que de una manera u otra nos apoyan para seguir manteniendo viva la llama de Takiwasi.
Con mis fraternos saludos asociados a los de todo el equipo de Takiwasi.
Jacques Mabit
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